Me enamoré del mundo de la manicura desde muy chiquita. Siempre fui muy creativa, me fascinaba pintarme las uñas y uno de mis recuerdos más lindos es cuando iba de compras con mi mamá o mi papá, y cada tanto me regalaban un esmalte tradicional para sumar a mi humilde colección.

Con el tiempo y las responsabilidades, mi lado creativo quedó un poco en pausa... hasta que una compañera de la universidad apareció un día con uñas acrílicas. ¡Yo no sabía ni qué eran! Pero quedé completamente fascinada. Ese mismo día volví a casa y me pasé horas mirando videos en YouTube, aprendiendo todo lo que podía.

Para comprar mis primeros productos de manicura vendí todo lo que tenía a mano: peluches, ropa, zapatillas, auriculares... lo que fuera. Me acuerdo pasar frente a locales de insumos para uñas, mirar las vidrieras y pensar: “Algún día voy a tener mis propias cosas”.

En 2016, logré comprar mis primeros productos. Obviamente, las primeras uñas que hice no duraban ni una semana, porque no tenía suficiente conocimiento Pero mi entusiasmo era más fuerte. Para poder pagar mi primer curso, empecé a hacerle las uñas a amigas y familiares. Desde ese momento no paré: seguí formándome, hice más cursos, y comencé a atender clientas en casa de mi mamá. Con muchísima ilusión compré mi primer escritorio, mi primer esmaltero… y paso a paso, siempre con el apoyo de mi familia, en 2018 abrí mi propio local.

Ahí no solo atendía a clientas, también comencé a dar clases, algo que me llenó el alma. En 2020, con la llegada de la pandemia, decidí abrir mi canal de YouTube para ayudar a todas esas personas que, como yo en mis comienzos, no tenían recursos para arrancar. Hoy somos más de 60 mil en esa comunidad.

Sé que un video de YouTube no reemplaza a un curso, pero puede ser una gran manera de empezar. Gracias a ese canal se me abrieron muchas puertas. Todavía recuerdo la emoción de mi primera colaboración con una marca (¡aún conservo ese primer paquete como recuerdo!).

Cada vez más seguidoras me pedían capacitaciones, y así nació este proyecto: el Instituto de Manicura Chiara. Para mí, es un símbolo de que con esfuerzo, constancia y mucho amor, se pueden cumplir los sueños. Y aunque aún me queda mucho por recorrer, estoy feliz de compartir este camino con vos.

"Gracias por ser parte de esta historia. Ojalá mi recorrido te inspire a empezar el tuyo."